El libro electrónico llega con timidez al mercado criollo

Jorge González Durand

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26 de abril de 2009

Caracas. El libro digital llega al país, pero no por la invención del tan esperado papel electrónico, sino por la unión de varios avances tecnológicos en el campo editorial e informático.

Esta revolución en materia de libros tiene varios ingredientes: computadoras personales cada vez más pequeñas; una nueva generación de dispositivos como celulares y agendas electrónicas que brindan autonomía y movilidad; la popularización de formatos digitales como el pdf, pdb y doc para la edición de textos y libros; y el aumento de la capacidad de almacenamiento de las memorias e Internet. Esta combinación ha hecho que el libro digital o e-book llegue de manera silenciosa y sin aspavientos al mercado occidental.

El buscador Google, por ejemplo, agregó un nuevo servicio que le permite a sus usuarios bajar libros en formato pdf en cualquier parte del mundo.

Sin embargo, las importadoras y editoriales nacionales han tenido una experiencia tímida en este terreno. Dalila Da Silva, directora ejecutiva de la Cámara Venezolana del Libro, Cavelibro, considera que es una realidad que no puede evadirse.

"Obviamente estamos en presencia de una generación que se comunica y lee en digital. No podemos estar de espaldas a esta realidad porque es parte del negocio que viene. Tampoco creo que sea una amenaza contra el libro, porque aún así los textos deben ser editados", comenta Da Silva.

Los libros digitales representan un ahorro considerable en costos de producción, además de las grandes ventajas ecológicas. Se pueden vender en CD, DVD e incluso por Internet como ocurre actualmente con la música. Los retos para la industria editorial están en el terreno de la distribución y comercialización de los e-books, y la masificación de los dispositivos de lectura como el Iliad, el Reader o el Kindle.

Monte Ávila Editores ofrece en su página web ediciones gratuitas de Antología poética de José Antonio Ramos Sucre, Inventamos o erramos de Simón Rodríguez, los diarios de Francisco de Miranda y Rufino Blanco Fombona, entre otros.

Las editoriales pequeñas y alternativas se han beneficiado de los e-books. Sus publicaciones gratuitas y en línea pueden tener alcance planetario gracias a Internet. El colectivo Creatividadfeminista.org, por ejemplo, tiene una serie de textos en línea llamada Fem-e-libros que les permite llegar a cualquier parte del mundo.

Editorial Océano también tiene experiencia en formatos electrónicos. "Nuestras enciclopedias y diccionarios tienen información complementaria que viene en CD. En Océano creemos que los formatos digitales son algo complementario pero no sustitutivo del libro", declara César Jiménez.

Para Roberto Da Silva, de Panapo, el libro digital es una tendencia mundial y hay que abordarlo. "El mercado norteamericano, sobre todo la prensa, está dirigiéndose a lo digital. Las editoriales con visión de futuro, que quieran sobrevivir, tienen que abordar este formato. En Panapo hemos hecho algunos libros con capacidad interactiva, pero tenemos que seguirlo abordando", comentó Da Silva.

En Editorial Trillas están haciendo algunos estudios para evaluar el desarrollo de este formato en el mercado. "Tenemos experiencias pequeñas, pero todavía no lo hacemos masivo", expresó Luis Cagides, administrador de esta casa editorial.

"Desde adentro del mercado editorial, no veo que los formatos digitales terminen desplazando el papel en el mediano o largo plazo. Creo que esa es una visión de las personas que no conocen la industria editorial. El mercado se sigue manejando en papel", comenta el representante de Océano.

Aunque Dalila Da Silva se maneja en los dos formatos, en físico y digital, confiesa que tiene una especial predilección por el formato papel, "para mí el olor de las páginas de los libros no tiene comparación".

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